Aunque en el día reine el cielo gris, el Sol sale por alguna otra parte. Y a medida que aumenta la musicalidad de los acordes del piano , la luz brillante y irisante empieza a penetrar a través de todas las ventanas. Y las horas pasan, y la intensidad de esos acordes aumentan. Pensamientos, decisiones ya tomadas, miedos, amor, ternura. Mil sensaciones, recuerdos y pensamientos vienen a la mente a la misma velocidad que el Sol entra por las ventanas.
Quizá es ya hora de comer algo, y de dejar de sobreponer los dedos sobre las bonitas teclas de marfil. Pero no se puede, ya que en el momento que deje de sonar, el Sol dejará de salir. Es mi cómplice, mi amigo. Mi infancia, finalmente mi vida.
Pues el día ya no es gris, los acordes suenan, las notas alegran, los bemoles endulzan. Y los recuerdos vienen y se van, formando una perfecta armonía que a los pájaros ayuda a cantar. Y suena, suena y suena, el corazón va a saltar, y la luz no va a parar.
Junto a la armonía formada por tanta sensación,está él, un ángel precioso que no puede dejar de brillar.
Respondiendo al título, yo creo que sigue abierto, ¿no Juanra? xD
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu escrito Neus! El piano es capaz de exteriorizar nuestro estado de animo, ¿a que si? Si bien es cierto que aunque ahora en verano es normal que evoque dulzura y alegría, muchas otras veces también sirve para dejar notar nuestro malestar o nuestra melancolía. Pero ahora no hay que hablar de eso y dejar que los acordes nos acompañen sutilmente estas vacaciones! ;)
Yo también creo que sigue abierto... Me gusta!!!
ResponderEliminarPues claro que sigue abierto. Espero que sigáis contribuyendo durente las vacaciones de verano y también después.
ResponderEliminarNeus, tienes una sensibilidad especial para escribir: tu prosa poética es cautivadora. Al leerte parece que la música otorgue sentido al mundo y proporcione el ritmo vital necesario para gozar de nuestra sinfonía diaria...
Esperamos nuevas contribuciones para refrescarnos con tu música verbal este verano.